La mayoría de las federaciones departamentales y regionales, especialmente del oriente boliviano, ha pedido postergar el Congreso convocado para la presente semana en la localidad de Uyuni, argumentando la drástica caída de la temperatura en toda la zona occidental del país. El pronóstico de la entidad encargada de monitorear la evolución del clima es que llegarán frentes fríos en los próximos días y bajará la temperatura en Uyuni hasta 15 grados bajo cero.
Con la finalidad de fijar la nueva fecha para el Congreso, y posiblemente trasladarlo a la sede alterna que es Roboré, el Comité Ejecutivo Nacional de la Confederación ha convocado una conferencia extraordinaria presencial de emergencia en la ciudad de Santa Cruz. Se puede percibir que la preocupación de la burocracia es responsabilizar a la Conferencia del cambio de fecha y sede del evento sindical.
Muchos han interpretado la postergación como una maniobra del oficialismo para tener tiempo de comprar votos, prostituyendo a los delegados elegidos en cada distrito. En el criterio de algunos compañeros, la burocracia daría largos en la instalación del evento a fin de tener más tiempo para maniobrar. Sin embargo, parece un exceso de susceptibilidad porque una parte de los dirigentes de la Confederación muestra desesperación por precipitar el Congreso. De todas maneras, los urmistas en la Conferencia deben pugnar porque el Congreso se realiza ya, mejor si se desarrolla durante las vacaciones de invierno.
Después de las elecciones realizadas en la totalidad de las federaciones departamentales y regionales del país, ya se tiene la idea clara de que la presencia de URMA será importante, más o menos en la misma cantidad del anterior Congreso de Camiri. A pesar de la reducción de delegados en los distritos grandes (por el estado de ánimo de las bases que no han logrado incorporarse plenamente a las movilizaciones), se va a mantener aproximadamente la misma cantidad de delegados debido al ensanchamiento nacional de la organización, que ha ido sumando, poco a poco, delegados en muchos otros lugares.
El otro factor que va a permitir nuclear a las tendencias que se consideran opositoras al gobierno es la bancarrota de los sectores de la burocracia que han intentado aparecer como antioficialistas y que, sin embargo, no se han atrevido a romper abiertamente con el gobierno. Están pagando caro su política dubitante y, en cierta medida, veleidosa y oportunista.
La tarea de URMA es polarizar francamente con el oficialismo para que las tendencias dubitantes que, por la presión de las bases que están sintiendo los impactos de la crisis económica y de la administración escolar abusiva y arbitraria, puedan girar rápidamente en torno a los documentos de la corriente trotskista y dar contenido a las alianzas programáticas que aseguren una conducción coherente y consecuente de la futura dirección nacional del magisterio urbano boliviano.