En el XXVI Congreso debemos ajustar cuentas con los dirigentes vendidos y expulsar de la CTEUB a la alianza PCB-MAS servil y funcional al gobierno, para reemplazarla con una dirección con independencia política y sindical, que defienda los intereses de las bases.
El Magisterio y la educación en general están sufriendo duros golpes con la imposición de la política educativa del gobierno, que busca implantar un drástico racionamiento presupuestario para librar al Estado de financiar la educación fiscal y gratuita. Esto se traduce en las optimizaciones, la falta de ítems, las horas ad honorem y las aulas abarrotadas con estudiantes.
Además, las autoridades educativas pretenden conservar a
toda costa la desastrosa Ley 070 que ha provocado la caída de la calidad
educativa. Por último, el gobierno, siguiendo la política de la clase
dominante, ha profundizado sus políticas antiobreras condenando a los
trabajadores a vivir con salarios miserables y rentas de hambre, y ahora
destruye la CNS con la complicidad de la burocracia sindical de la COB y de la
CTEUB, que están controlados por el MAS.
El magisterio ha experimentado en carne propia todas las
consecuencias de la política educativa del gobierno, y en las últimas
movilizaciones nacionales ha constatado el papel traidor de la burocracia
sindical de la CTEUB, que se ha convertido en un obstáculo para el avance de
nuestra lucha.
En el XXVI Congreso debemos ajustar cuentas con los
dirigentes vendidos y expulsar de la CTEUB a la alianza PCB-MAS que durante
todos estos años ha sido servil y funcional al gobierno, y reemplazarla con una
dirección con independencia política y sindical, que defienda los intereses de
las bases y que pueda convertirse en referencia nacional para orientar la lucha
de los demás sectores.
Debemos apoyar a URMA, la tendencia revolucionaria y
antioficialista al interior del magisterio, para garantizar una lucha
consecuente en defensa de los derechos de las bases. El frente trotskista
tiene estructura nacional y es el único que puede hacerle frente al bloque
oficialista; esto ya se vio en el anterior congreso, donde por falta de un voto
URMA, a la cabeza del bloque antioficialista, estuvo a punto de tomar la
Confederación.
URMA dirige algunas de las Federaciones más grandes del país
y en todas ellas ha luchado consecuentemente y nunca ha traicionado ni se ha
vendido a los gobiernos de turno. El magisterio necesita este tipo de
dirigentes a la cabeza de su Confederación.